La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha solicitado 11 millones de dólares para solventar las necesidades médicas en el noroeste de Siria, especialmente en las regiones de Alepo, Hama, Latakia e Idlib, donde el Gobierno sirio ultima una ofensiva para expulsar a los rebeldes de la zona. El director de emergencias de la OMS en la región ha subrayado que la situación amenaza con deteriorarse a corto plazo y si no se reciben fondos adicionales, más de dos millones de personas atrapadas en el fuego cruzado podrían quedarse sin acceso a servicios de atención médica básica. La situación en la zona de Idlib es especialmente dramática, donde se alberga a más de medio millón de desplazados, muchos de ellos en refugios improvisados con escaso acceso a atención médica, agua y saneamiento, lo que les hace vulnerables a enfermedades y agudiza el riesgo en caso de malnutrición.