Adoptadas medidas urgentes para mitigar los efectos de la sequía en algunas cuencas hidrográficas

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13 junio 2017 - Tal y como se recoge en los últimos Informes Anuales de Seguridad Nacional, correspondiente los años 2015 y 2016, el ascenso sin precedentes de las temperaturas sobre la superficie terrestre y oceánica viene acompañada en numerosas partes del planeta por fenómenos meteorológicos extremos, tales como olas de calor, inundaciones y severas sequías.

España no es ajena a las derivadas de la meteorología adversa, como las lluvias puntualmente intensas, o a la escasez de precipitaciones, especialmente acusada en algunas zonas de nuestra geografía, donde ha derivado en sequía hidrológica. La  relevancia de estos episodios para la Seguridad Nacional radica en los efectos adversos que puedan tener sobre el medio ambiente, las personas y los bienes, en suma, en el bienestar de la sociedad.

Medidas adoptadas por el Gobierno de España

Desde que en mayo de 2015 se declarara la sequía en las cuencas del Segura y del Júcar, el Gobierno de España continúa dando respuesta a las situaciones de sequía con diferentes medidas que han permitido minimizar sus impactos ambientales, sociales y económicos. La más reciente ha sido la aprobación del Real Decreto-ley 10/2017, de 9 de junio, por el que se adoptan medidas urgentes para paliar los efectos producidos por la sequía en determinadas cuencas hidrográficas y se modifica el texto refundido de la Ley de Aguas, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio.

En este Real Decreto-Ley se establecen medidas de apoyo a los titulares de las explotaciones agrarias situadas en los ámbitos territoriales afectados por la sequía en el presente año, es decir, las demarcaciones hidrográficas del Duero, Segura y Júcar. No hay, por tanto, riesgo de abastecimiento para consumo humano.

En estos años, para las cuencas del Júcar y Segura, se han movilizado más de 250 hm³ de agua adicionales, a través de la incorporación de agua desalada, la extracción de agua de pozos de sequía, los intercambios de derechos de agua y el aprovechamiento de los volúmenes de agua remanentes por avenidas de años anteriores.

También se han impulsado, a lo largo de la pasada Legislatura, inversiones en materia de agua por un valor total de trescientos millones de euros, entre las que se incluyen trece obras de emergencia ejecutadas en la cuenca del Segura, y otras diez en la del Júcar, gracias a los Reales Decretos de sequía aprobados.

En el caso de la cuenca hidrográfica del Duero, se ha puesto en marcha un Real Decreto de declaración de sequía y de medidas excepcionales para la gestión de los escasos recursos hídricos.

Situación de las demarcaciones hidrográficas intercomunitarias: indicadores de sequía  

El valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre hasta el 1 de mayo de 2017 representa en torno a un 13% menos que el valor normal correspondiente a dicho periodo. A comienzo del mes de mayo la reserva hidráulica peninsular se situaba en un 56 %, notablemente inferior a la media de los últimos 5 años (74,2 %) y a la de los últimos diez años (70 %).

Los volúmenes embalsados en el presente año hidrológico en las demarcaciones hidrográficas intercomunitarias han sido muy poco relevantes, persistiendo la situación de sequía declarada en los ámbitos territoriales de las Confederaciones Hidrográficas del Segura y del Júcar y dando inicio a la situación de sequía en la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Duero.

Según el último Informe del estado de la sequía hidrológica del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (mayo 2017), elaborado con datos a fecha 30 de abril de 2017, la escasez pluviométrica del presente año hidrológico afecta principalmente a la zona noroccidental del país.
 
Cabe destacar la situación en 3 demarcaciones hidrográficas:
 
En el caso del Duero, el inicio del año hidrológico 2016/2017 ha sido extremadamente seco desde el punto de vista de la meteorología. A fecha 1 de mayo, el indicador de sequía del estado global de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Duero se ha mantenido en alerta por quinto mes consecutivo. Este hecho ha motivado que la demarcación se encuentre en situación de sequía prolongada, y se hayan adoptado un conjunto de restricciones por la falta de agua embalsada.
 
Con base en esta situación de sequía prolongada, se acordó en febrero de 2017 la elevación al Consejo de Ministros, para que, de conformidad con el refundido de la Ley de Aguas, adoptase, mediante real decreto y en circunstancias extraordinarias como las que se dan actualmente en la cuenca, las medidas que sean precisas en relación con la utilización del dominio público hidráulico, aun cuando hubiese sido objeto de concesión, para la superación de circunstancias de necesidad, urgencia, anómalas o excepcionales.
 
Respecto de la cuenca hidrográfica del Segura, en sequía declarada desde el 9 de mayo de 2015 (con la entrada en vigor del Real Decreto 356/2015, de 8 de mayo), la situación se ha agravado de forma particular por dos motivos: el volumen embalsado en la propia demarcación es del 32 %, cuando la media de los últimos cinco años en esta misma fecha se sitúa en el 60,78 %, y el volumen embalsado en Entrepeñas y Buendía, (embalses desde los que parte el Acueducto Tajo-Segura), se sitúa en un nivel que no permite aprobar trasvase alguno para abastecimiento y regadío desde la Demarcación Hidrográfica del Tajo.
 
Además, en la Demarcación Hidrográfica del Júcar, también en sequía declarada desde el 9 de mayo de 2015 (con la entrada en vigor del Real Decreto 355/2015, de 8 de mayo), los indicadores de estado de los subsistemas Turia y Júcar se encuentran en alerta y prealerta respectivamente.

En el resto de demarcaciones hidrográficas, los problemas relacionados con la sequía hidrológica son muy puntuales.

Las situaciones de sequía hidrológica descritas están afectando, en muchos casos, al nacimiento y el normal desarrollo de los cultivos de secano, así como a los cultivos de regadío, bien por insuficiencia del agua embalsada para atender la demanda de riego, bien por la reducción de precipitaciones que ha afectado a las reservas en los acuíferos que proporcionan el agua de riego.
 
Las extremadas condiciones climáticas que viene padeciendo este año el sector agrario en las zonas antes señaladas, amenazan la viabilidad económica de muchas explotaciones y su propia pervivencia, lo que afectaría seriamente a la economía de las comarcas agrarias y al desenvolvimiento de otros sectores de actividad económica relacionados con la agricultura.
 
La extraordinaria incidencia de esta sequía aconseja la adopción de medidas, a título excepcional, que complementen la acción de los seguros agrarios en orden a minorar las consecuencias en la economía de las explotaciones agrarias afectadas.
 
 

 
 
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