Naciones Unidas: 75 años trabajando por la paz, la prosperidad y el desarrollo de la humanidad

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24 de octubre 2020
Naciones Unidas: 75 años trabajando por la paz, la prosperidad y el desarrollo de la humanidad

Hace 75 años que entró en vigor la Carta de las Naciones Unidas —firmada en San Francisco (Estados Unidos) el 26 de junio de 1945—, y hoy conmemoramos el aniversario de la mayor organización internacional que ha conocido la historia —193 países forman parte, de los 197 que hay en el mundo—; cuyo objetivo es, desde su fundación, hacer frente a los desafíos mundiales y construir un mundo más justo, resiliente y sostenible en el marco de una creciente e imprescindible multilateralidad. Sin embargo, esta celebración llega en un año difícil para el mundo con una crisis sanitaria y pandémica sin precedentes, provocada por la propagación del coronavirus. No obstante —como señala el secretario general Antonio Guterres en su mensaje por el Día de las Naciones Unidas— «Nuestra misión fundadora es hoy más crítica que nunca. Debemos promover la dignidad humana, proteger los derechos humanos, respetar el derecho internacional y salvar a la humanidad de la guerra (…) y también debemos hacer la paz con nuestro planeta, porque la emergencia climática amenaza la vida misma. Nos enfrentamos a retos colosales: con solidaridad y la cooperación mundial, podemos superarlos».

Hoy, el mundo entero tiene un enemigo común: la COVID-19; y esta evidencia y sus dramáticas consecuencias deben reforzar la determinación de Naciones para poner fin al sufrimiento humano causado por la pobreza, la desigualdad, el hambre, el odio y las guerras, y además luchar contra la discriminación por motivos de raza, religión, género o cualquier otra distinción. Por ello, Naciones Unidas hace un llamamiento a “nosotros los pueblos” para renovar su llamamiento a un alto el fuego mundial, y avanzar en el compromiso de todos por la paz y la reconciliación. Después de la II Guerra Mundial —un conflicto que devastó a la humanidad y fundamentó el nacimiento de Naciones Unidas—, los acuerdos multilaterales han salvado muchas vidas, han expandido la economía y el progreso social, han defendido los derechos humanos y han ayudado a evitar una nueva conflagración global.

En términos de paz y seguridad, es irrefutable el gran esfuerzo que ha desplegado Naciones Unidas en el mundo: más de un millón de hombres y mujeres de 121 países han prestado servicio en nombre de la bandera de las Naciones Unidas en más de setenta operaciones de mantenimiento de la paz (en la actualidad, trece permanecen activas). Este compromiso colectivo ha tenido una repercusión directa en las vidas de millones de personas; y es la más clara constatación de la responsabilidad de Naciones Unidas —como recoge el artículo 1 de la Carta de Naciones Unidas— de «tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz».

Pero además de avanzar en la consecución de la paz mundial, en esto 75 años Naciones Unidas ha fomentado y articulado la cooperación internacional para garantizar la seguridad humana de toda la población mundial. En este contexto, y liderado por la Asamblea de Naciones Unidas, las prioridades se centran en la aplicación de los mandatos ya existentes: paz y seguridad, erradicación de la pobreza, hambre cero, educación de calidad, acción climática e inclusión; y todos ellos alienados con la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)  recogidos en la Agenda 2030: el mayor y más inclusivo desafío mundial que inició su andadura en 2015 con el fin de erradicar a la pobreza y guiar al mundo por el camino de la paz, la prosperidad y las oportunidades «sin dejar a nadie atrás». Ahora, cuando comienza la Década de la Acción, la COVID 19 ha supuesto un duro revés para la consecución de los ODS, que distan mucho de ser los esperados. Frente a este escenario, y como refiere el secretario general Antonio Guterres, la comunidad internacional debe reforzar su acción colectiva «no sólo para vencer la COVID-19», sino para «poder ganar la carrera contra el cambio climático, abordar decididamente la pobreza y la desigualdad, empoderar verdaderamente a todas las mujeres y niñas, y crear sociedades más inclusivas y equitativas en todas partes»; y también para luchar contra amenazas globales como el terrorismo, los conflictos, el crimen organizado o los ataques en el ciberespacio.

Y en este camino hacia la paz, la prosperidad y el desarrollo de todos los seres humanos, España mantiene su firme compromiso con la multilateralidad que representa Naciones Unidas para enfrentarnos a las amenazas y los desafíos que son comunes a todo el planeta. En su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas —el pasado 21 de septiembre con motivo de la sesión plenaria para conmemorar el 75 aniversario de su fundación—, S.M. el Rey Don Felipe VI subrayó que «España seguirá siendo, en el marco de la Unión Europea, un miembro leal de Naciones Unidas y un socio fiable de sus Estados miembros (…) Mantendremos un compromiso activo que promueva acciones concretas en áreas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, la promoción de los derechos humanos y la igualdad de género, la construcción de la paz o la protección del medioambiente».

«De eso se tratan las Naciones Unidas —concluye el secretario general de Naciones Unidas en su discurso de hoy—. En este aniversario, pido a la gente de todas partes que se unan. Construyamos sobre nuestros avances a través de las décadas. Hagamos realidad nuestra visión compartida de un mundo mejor para todos».
 

 
 
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