Somalia: Crisis política y persistencia del yihadismo

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Somalia: Crisis política y persistencia del yihadismo
27 de abril 2021

El pasado 17 de septiembre, el Gobierno Federal y los Estados Federales de Somalia ratificaron la celebración de comicios presidenciales el 8 de febrero, fecha en que expiraba el mandato del presidente Mohamed Abdullahi Mohamed, reconocido como Farmajo. Como en todas las elecciones precedentes desde 2012, y a pesar de que en esta ocasión estaba previsto que se realizasen por sufragio universal, las autoridades somalíes decidieron que se mantendría un sistema indirecto de votación. Un complejo proceso por el que los ancianos representantes de los distintos clanes somalíes seleccionan a los diputados del Parlamento, que a su vez eligen por votación interna al presidente de la República. Sin embargo, y por las permanentes discrepancias políticas entre el poder central y regional, el calendario electoral fracasó, tanto en el nivel legislativo como el presidencial, y Farmajo —en medio de una fuerte controversia política y social— se mantuvo en la presidencia con el pretexto de no provocar un vacío de poder que incrementase la inestabilidad y la inseguridad del país.

Desde entonces, la oposición ha redoblado sus críticas para exigir la renuncia inmediata del presidente y la convocatoria urgente de elecciones para proceder a su relevo; mientras que la comunidad internacional instaba a recuperar el acuerdo de septiembre y reiniciar el proceso electoral. Sin embargo, y lejos de atender a los reclamos desde dentro y fuera del país, el Parlamento somalí acordó, el 12 de abril, la extensión del mandato del presidente Farmajo por otros dos años más, con el pretexto de preparar unas elecciones por sufragio universal al finalizar este periodo adicional.

Esta decisión fue muy cuestionada por Naciones Unidas, la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) y la Unión Europea, que han expresado «su grave preocupación por el estancamiento político, que está afectando negativamente a la paz, la seguridad, la estabilidad y la prosperidad en Somalia y más allá», y también está desviando la atención de otros graves problemas que atraviesa el país, como la violencia yihadista, la pandemia de la Covid 19 o la plaga de langostas. Por su parte, el alto representante de la Unión Europea, Josep Borell, reiteró —a través de un comunicado oficial— que «en ningún caso podríamos aceptar una prórroga del mandato gubernamental, ni ningún proceso parcial o paralelo relacionado con las elecciones, sin el acuerdo de las partes en el acuerdo electoral del 17 de septiembre», desde el convencimiento de que esta decisión «dividirá Somalia, impondrá retrasos adicionales y constituirá una grave amenaza para la paz y la estabilidad de Somalia y los países vecinos». En este contexto de crisis, el pasado día 25 comenzaron los enfrentamientos armados entre los partidarios y detractores del presidente Farmajo en Mogadiscio, lo que constituye un ejemplo de la preocupante situación que atraviesa el país. Frente a esta escenario, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha reiterado su llamamiento a las partes para que «se abstengan de continuar la violencia» e instado a reanudar las negociaciones «de inmediato» y «forjar un acuerdo basado en el modelo electoral del 17 de septiembre».

La violencia de Al Shabaab

En este contexto, Al Shabaab —y, en menor medida, el autodenominado Estado Islámico de Somalia— ha incrementado su campaña de terror en el país. Al tiempo que se agrava el bloqueo político, se incrementan las oportunidades para los yihadistas, cuyos ataques recurrentes contra civiles pretenden dinamitar las ya limitadas perspectivas de participación electoral, aumentar la inestabilidad de Somalia y desacreditar a los dirigentes políticos. Hasta la fecha, y a pesar de estar más diezmada que en el pasado, Al Shabaab ha demostrado su resistencia frente a la constante ofensiva de las fuerzas africanas de AMISOM y del ejército somalí. Así, en 2020 —según el African Center for Strategic Studies— se produjo un aumento del 33% de sus acciones violentas (1.742) y un aumento del 47% en los combates entre Al Shabaab y las fuerzas de seguridad, que provocaron 2.369 víctimas mortales: un 18 por ciento de todas las muertes vinculadas a grupos militantes islamistas en África.

Apoyo internacional. Misiones de la Unión Europea

Bajo el liderazgo y la coordinación de Naciones Unidas, la comunidad internacional está presente en Somalia para colaborar, desde un enfoque integral, en la consecución de la seguridad, el progreso y el buen gobierno en el país. Con este propósito, a finales de 2008, la Unión Europea aprobó el lanzamiento de la Operación EUNAVFOR Atalanta, liderada por España desde marzo de 2019, cuyo objetivo es erradicar la piratería en el Golfo de Adén, además de proteger los barcos del Programa Mundial de Alimentos. Más tarde, en 2010, desplegó la misión EUTM Somalia en Uganda, hasta su traslado a Mogadiscio en 2014. En la actualidad, y con una destacada participación de militares españoles, el esfuerzo se centra en la reforma del sector de seguridad, con especial atención al adiestramiento del ejército nacional. Finalmente, la misión civil EUCAP Somalia llegó al país africano en 2012 y, desde entonces, se ha centrado en desarrollar la capacidad nacional de seguridad marítima.

 
 
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