Informe de Naciones Unidas sobre la amenaza de Daesh

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15 de febrero 2021
Informe de Naciones Unidas sobre la amenaza de Daesh

Desde 2015, el Secretario General de la ONU presenta al Consejo de Seguridad un informe sobre la amenaza que el autoproclamado Estado Islámico (Daesh) plantea a la paz y la seguridad internacionales, que es actualizado cada cuatro meses. El duodécimo informe al respecto destaca los aspectos más relevantes que marcan hoy el estado y la evolución del yihadismo, con especial incidencia en las consecuencias de la pandemia sobre esta amenaza y su erradicación. En este contexto, y a largo plazo, la recesión económica y el desvío de recursos públicos para paliar las consecuencias de la pandemia podrían socavar las iniciativas nacionales e internacionales en la lucha contra el terrorismo.

Efectos de la pandemia sobre la amenaza de Daesh

Para el entramado terrorista Daesh, la propagación universal del virus ha hecho más difícil sostener su relato propagandístico sobre que la Covid 19 es un «castigo divino contra arrogantes e impíos». No obstante, ha hecho un llamamiento para que sus secuaces ataquen a sus enemigos —inlcuidas sus fuerzas antiterroristas— aprovechando su debilidad actual.

En las zonas de conflicto, la capacidad de desplazarse y actuar de los terroristas no ha variado con la pandemia. No obstante, fuera de estas zonas, las restricciones para contener la propagación del virus están dificultando los desplazamientos, las reuniones y la obtención de ingresos del Daesh. Además, y debido al confinamiento masivo de la población, el acceso a sus objetivos resulta prácticamente imposible, y menos aún cometer atentados de gran impacto. Sin embargo, los yihadistas han aprovechado la restricción de movimientos para incrementar sus actividades de propaganda y captación a través de Internet.

Por último, y como otro factor agravante de la amenaza, en muchos Estados las medidas de distanciamiento físico han reducido la capacidad de todos los profesionales dedicados a detectar y tratar las señales de radicalización violenta.

Los denominados Combatientes Terroristas Extranjeros

En cuanto a los denominados combatientes terroristas extranjeros (CTE) —unos 11 000 hombres retenidos tan solo en el noreste de Siria—, así como sus familiares en Iraq y Siria, siguen siendo una amenaza mundial a largo plazo. Para resolver esta situación es necesario consensuar una estrategia internacional, pues dejar este problema sin resolver puede enquistar la amenaza.

Por estos motivos, la ONU sigue instando a la repatriación de estas personas para proceder a su enjuiciamiento, rehabilitación y reintegración, según proceda. Sin embargo, llevar a los terroristas ante la justicia y garantizar que respondan plenamente por la comisión de crímenes reconocidos en el derecho internacional sigue planteando considerables dificultades, especialmente la recopilación de pruebas, que se han agudizadas por la COVID-19. De hecho, la pandemia ha provocado que se aplacen juicios y se dilaten procedimientos, se prolonguen medidas de prisión preventiva y se suspendan programas de libertad anticipada.

La evolución de Daesh

Desde finales de 2019, no se han apreciado cambios en la dirección estratégica de Daesh, pero sí más autonomía en sus filiales regionales, así como un mayor refuerzo en la denominada dirección general de provincias. Este órgano podría resultar clave para reactivar la capacidad de actuación exterior del entramado yihadista, lo que, según algunos expertos, podría producirse en 2021. Además, y aprovechando las vulnerabilidades surgidas durante la crisis sanitaria, se pueden producir alianzas oportunistas con grupos criminales organizados.

En esta línea, las células de Daesh que operan en Iraq y Siria siguen financiando sus operaciones mediante una combinación de extorsiones a la población local, otras actividades delictivas, remesas procedentes del extranjero y reservas de efectivo. Aunque es muy difícil averiguar la cuantía de esas reservas, una estimación anterior a este informe elevó la cifra en aproximadamente 100 millones de dólares. Por último, el uso de criptomonedas ha aumentado en los últimos meses.

Observaciones del Secretario General

Para concluir su informe, el Secretario General de la ONU presenta una serie de recomendaciones, desde la constatación de que «los esfuerzos de Daesh para reagruparse y revigorizar sus actividades han cobrado impulso a lo largo de 2020. La amenaza que supone para la paz y la seguridad internacionales vuelve a aumentar en medio de la pandemia del COVID-19», y en 2021 podrían aumentar sus operaciones exteriores.

Por ello, pide a los Estados miembros que permanezcan unidos en su lucha contra el terrorismo, al tiempo que garantizan la plena rendición de cuentas de los yihadistas por los crímenes cometidos y defienden los derechos y las necesidades de las víctimas; que instauren medidas para contrarrestar eficazmente el uso de Internet y de las tecnologías digitales con fines delictivos; y, por último, establezcan sistemas de detección y detención de los terroristas, incluidos los combatientes terroristas extranjeros, desde la prevalencia absoluta de los derechos humanos.
 

 
 
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