75º Aniversario Naciones Unidas: Reforzar el compromiso con la Agenda 2030 frente a la pandemia de la Covid 19

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20 de octubre 2020
75º Aniversario de las Naciones Unidas: Reforzar el compromiso con la Agenda 2030 frente a la pandemia de la Covid 19
 
En este año 2020 que Naciones Unidas conmemora el 75 aniversario de su fundación, la Agenda 2030 —que inició su andadura en 2015 con el fin de erradicar a la pobreza y guiar al mundo por el camino de la paz, la prosperidad y las oportunidades «sin dejar a nadie atrás»— comienza el Decenio de Acción para cumplir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Sin duda, la consecución de estos ODS exige una transformación de los sistemas financieros, económicos y políticos para garantizar los derechos humanos de todos; y requieren una inmensa voluntad política y una acción ambiciosa que implica no solo a los Estados sino también al conjunto de la sociedad y, también, demanda al compromiso individual de todos los habitantes del planeta.

Sin embargo, el arranque del Decenio de Acción está condicionado por las consecuencias de la pandemia mundial de la COVID 19 que, como señala el Informe 2020 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, «ha sacudido el Programa para el Desarrollo Sostenible de 2030 hasta sus cimientos. A pesar de ello, debemos mantenernos firmes en nuestras convicciones y no dejar que la crisis descarrile nuestras esperanzas y ambiciones». Antes de la pandemia, y como reconocieron los Estados Miembros en la Cumbre de los ODS celebrada en septiembre de 2019, se registraban algunos avances: había más niños y jóvenes en las escuelas, disminuía la transmisión de muchas enfermedades, había mejorado el acceso al agua potable y estaba aumentando la representación de la mujer en las funciones directivas; pero, al mismo tiempo, «aumentaba el número de personas que padecían inseguridad alimentaria, el medio ambiente natural seguía deteriorándose a un ritmo alarmante y persistían los drásticos niveles de desigualdad en todas las regiones».

En la actualidad, aunque los resultados no pueden ser más que provisionales y se agravarán mientras persista la pandemia mundial; las proyecciones en 2020 indican que más de 71 millones de personas se hundirán en la pobreza extrema en 2020. Además, y como otro efecto dramático de la COVID-19, empeora la vulnerabilidad de los mil millones de habitantes de barrios marginales del mundo, donde viven hacinados sin acceso a los servicios más básicos. También las personas de edad, las personas con discapacidades, los migrantes y los refugiados son más frágiles frente a las consecuencias de la pandemia, en especial por sus precarias circunstancias sanitarias, sociales y económicas. Así mismo, la COVID 19 —y por las medidas impuestas para frenar su propagación— ha provocado que «el 90% de los alumnos no pudieran asistir a clase debido a los cierres de las escuelas, lo que causó que más de 370 millones de niños no contaran con la alimentación escolar esta primavera (…). La interrupción de la atención sanitaria y el acceso limitado a los servicios de alimentación y nutrición podrían aumentar las muertes maternas y de niños menores de cinco años en cientos de miles en 2020». En resumen, esta crisis mundial está teniendo consecuencias nefastas para la vida de millones de niños y jóvenes a lo largo de todo el mundo.

En el plano económico, los datos también alarman, y la recensión a la que se enfrenta el mundo —«la peor en generaciones»— agravará aún más la situación en los países con mayor índice de pobreza: muchos de ellos ya están sufriendo una grave inseguridad alimentaria. Una crisis provocada por la emergencia de una pandemia mundial que, «junto con la pérdida de empleos, la fragilidad de los sistemas de salud, la insuficiencia de los servicios básicos y la baja cobertura de los sistemas de protección social», seguirá minando la supervivencia de millones de seres humanos en los países más desfavorecidos.

Con todo, y a tenor del escenario que recoge el Informe 2020, los resultados y el ritmo de los avances en la consecución de los ODS distan mucho de ser los esperados, y la persistencia de la COVID 19 va a dificultar aún más el logro de los 17 Objetivos. No obstante, y como señala el secretario general de Naciones Unidas Antonio Guterres en el Informe 2020, «las causas originales y los efectos desiguales de la COVID-19 demuestran precisamente por qué necesitamos la Agenda 2030, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y la Agenda de Acción de Addis Abeba, y además subrayan la urgencia de su implementación». En este sentido, «y no sólo para vencer la COVID-19», Naciones Unidas hace un llamamiento a la comunidad internacional para, a través de la acción colectiva, «poder ganar la carrera contra el cambio climático, abordar decididamente la pobreza y la desigualdad, empoderar verdaderamente a todas las mujeres y niñas, y crear sociedades más inclusivas y equitativas en todas partes».

La situación es preocupante, pero —como señala Naciones Unidas— «debemos mantenernos firmes en nuestras convicciones» para terminar con la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos. En 2020, «las Naciones Unidas conmemorarán su 75 aniversario en medio de extraordinarios desafíos en todo el mundo —subraya Liu Zhenmin, secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU—. Mientras que el compromiso con el propósito y los principios de las Naciones Unidas y la Agenda 2030 continúa firme, la pandemia de la COVID-19 es un claro recordatorio de la necesidad de cooperación y solidaridad mundial, de fortalecer nuestros esfuerzos para no dejar a nadie atrás y forjar las vías de transformación necesarias para crear un mundo más habitable».

 
 
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