El enviado especial para Siria de la ONU ha alertado de los riesgos que conllevaría una operación militar a gran escala del Gobierno sirio para recuperar Idlib y derrotar a los 10.000 terroristas que se encuentran en esta ciudad, última zona de desescalada de las acordadas en el marco del proceso de Astaná y donde viven 2,9 millones de personas (casi la mitad de ellas desplazados internos). En este sentido, ha instado a mantener negociaciones que impidan esta posible ofensiva y facilitar un corredor humanitario para la evacuación de los civiles. La próxima reunión para intentar buscar una solución pacífica en Siria está prevista para el 10 y 11 de septiembre con representantes de Rusia, Turquía e Irán y el próximo 14 con la participación de delegados de Francia, Alemania, Reino Unido, Egipto, Jordania, Arabia Saudí y EE.UU.