El enviado especial de la ONU para Siria ante el Consejo de Seguridad destacó la importancia de reducir la intensidad del conflicto en el país ante una posible tragedia humanitaria en la provincia de Idli y recordó que la población civil continúa pagando un alto precio en el conflicto sirio, apuntando que durante los dos últimos meses se ha evacuado a 110.000 personas en las zonas protegidas del Éufrates, al noroeste de Siria, muchas de ellas traumatizadas y necesitadas de asistencia y protección. Además, advirtió de que si se repite en la provincia de Idlib el mismo escenario que en la región de Guta Oriental, podría ser seis veces peor, al afectar a 2,3 millones de personas, la mitad de ellas desplazadas internas, así como que cualquier recrudecimiento de la situación en Idlib o en el noreste del país podría constituir un riesgo, no sólo para los sirios, sino para la paz y la seguridad internacionales, al estar presentes fuerzas locales y extranjeras.