30/09/2019
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30 septiembre 2019
Introducción
El 20 de septiembre, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. anunció la publicación de su nuevo “Marco Estratégico para combatir el Terrorismo y la Violencia Selectiva” (en adelante, el Marco Estratégico). Ante la constante transformación de la amenaza, el principal objetivo de EE.UU. es evolucionar con ella.
Amenazas actuales y emergentes
Es la primera vez que una estrategia a nivel nacional indica expresamente que el terrorismo y la violencia selectiva[1] se superponen, se cruzan e interactúan y requieren, por tanto, de soluciones conjuntas, con nuevos métodos para una comprensión holística de ambos fenómenos. Asimismo, incluye una valoración anual del estado de la amenaza, y un mecanismo que sirva para definir los conceptos claves de la violencia selectiva y para aclarar la naturaleza de las amenazas domésticas.
Entre otras novedades, el Marco Estratégico potencia las capacidades de prevención, la protección de la juventud, como sector especialmente vulnerable, y el uso de los avances tecnológicos en la lucha contra el terrorismo. El Marco Estratégico irá seguido además de un plan de acción pública.
Objetivos del marco estratégico
Objetivo 1: Comprender la evolución del terrorismo y la amenaza de violencia selectiva, y apoyar a los socios o colaboradores del departamento de Seguridad Nacional a través de este conocimiento especializado. En él se incluyen las siguientes medidas: (i) el análisis en profundidad de las amenazas actuales y emergentes, y su impacto a largo plazo; (ii) la implementación de soluciones tecnológicas efectivas, mediante un trabajo conjunto de las agencias gubernamentales, el sector privado o el mundo académico; y (iii) el aprovechamiento del conocimiento especializado para apoyar a las investigaciones policiales.
Objetivo 2: Prevenir la entrada en EE.UU. de terroristas u otros actores hostiles, así como privarles de la oportunidad de explotar en su beneficio las facilidades que ofrece el sistema nacional respecto al comercio, la inmigración o los viajes tanto nacionales e internacionales. En él se incluyen las siguientes medidas: (i) una nueva postura respecto a la aviación, el transporte marítimo y terrestre; (ii) el aumento de la capacidad contra-terrorista de los socios internacionales; y (iii) la mejora de las capacidades operativas en materia de seguridad marítima.
Objetivo 3: Prevenir el terrorismo y la violencia selectiva, específicamente mediante: (i) el fortalecimiento de la resiliencia y el aumento de la concienciación social; (ii) la neutralización de la influencia terrorista y extremista online; (iii) el desarrollo de marcos de prevención con los actores estatales, locales, tribales y territoriales pertinentes para identificar aquellos individuos en riesgo de radicalización o movilización a la violencia; (iv) el desarrollo de programas de reducción de la reincidencia penal; y (v) la protección frente a las “campañas de desinformación”.
Objetivo 4: Mejorar la protección de las infraestructuras estadounidenses y la preparación de la población frente a ataques potenciales. En él se incluyen las siguientes medidas: (i) la mejora de las medidas defensivas respecto de la infraestructura y los objetivos blandos[2]; y (ii) la protección frente al uso de sistemas no tripulados (unnamed aereal vehicles, UAV[3]) y otras tecnologías emergentes por parte de los actores hostiles.
Conexión con la Estrategia Nacional contra el Terrorismo de 2018
Los objetivos del Marco Estratégico están conectados con las siguientes líneas de actuación[4] planteadas en la Estrategia Nacional Contra el Terrorismo de EE.UU. de 2018[5]:
Introducción
El 20 de septiembre, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. anunció la publicación de su nuevo “Marco Estratégico para combatir el Terrorismo y la Violencia Selectiva” (en adelante, el Marco Estratégico). Ante la constante transformación de la amenaza, el principal objetivo de EE.UU. es evolucionar con ella.
Amenazas actuales y emergentes
- Los ataques terroristas directos o indirectos a partir de la radicalización de los sectores más vulnerables de la población, como los jóvenes o los grupos marginados.
- Daesh, Al Qaeda, los combatientes extranjeros, y la población reclusa representan una amenaza significativa y persistente a largo plazo para la seguridad nacional.
- El aumento significativo de ataques cometidos por actores domésticos motivados por ideologías extremistas violentas o por agravios personales, que no presentan apenas señales de advertencia.
- El extremismo violento motivado por cuestiones de raza o de etnia, en particular, por la supremacía blanca, como una de las ideologías más preeminentes.
Es la primera vez que una estrategia a nivel nacional indica expresamente que el terrorismo y la violencia selectiva[1] se superponen, se cruzan e interactúan y requieren, por tanto, de soluciones conjuntas, con nuevos métodos para una comprensión holística de ambos fenómenos. Asimismo, incluye una valoración anual del estado de la amenaza, y un mecanismo que sirva para definir los conceptos claves de la violencia selectiva y para aclarar la naturaleza de las amenazas domésticas.
Entre otras novedades, el Marco Estratégico potencia las capacidades de prevención, la protección de la juventud, como sector especialmente vulnerable, y el uso de los avances tecnológicos en la lucha contra el terrorismo. El Marco Estratégico irá seguido además de un plan de acción pública.
Objetivos del marco estratégico
Objetivo 1: Comprender la evolución del terrorismo y la amenaza de violencia selectiva, y apoyar a los socios o colaboradores del departamento de Seguridad Nacional a través de este conocimiento especializado. En él se incluyen las siguientes medidas: (i) el análisis en profundidad de las amenazas actuales y emergentes, y su impacto a largo plazo; (ii) la implementación de soluciones tecnológicas efectivas, mediante un trabajo conjunto de las agencias gubernamentales, el sector privado o el mundo académico; y (iii) el aprovechamiento del conocimiento especializado para apoyar a las investigaciones policiales.
Objetivo 2: Prevenir la entrada en EE.UU. de terroristas u otros actores hostiles, así como privarles de la oportunidad de explotar en su beneficio las facilidades que ofrece el sistema nacional respecto al comercio, la inmigración o los viajes tanto nacionales e internacionales. En él se incluyen las siguientes medidas: (i) una nueva postura respecto a la aviación, el transporte marítimo y terrestre; (ii) el aumento de la capacidad contra-terrorista de los socios internacionales; y (iii) la mejora de las capacidades operativas en materia de seguridad marítima.
Objetivo 3: Prevenir el terrorismo y la violencia selectiva, específicamente mediante: (i) el fortalecimiento de la resiliencia y el aumento de la concienciación social; (ii) la neutralización de la influencia terrorista y extremista online; (iii) el desarrollo de marcos de prevención con los actores estatales, locales, tribales y territoriales pertinentes para identificar aquellos individuos en riesgo de radicalización o movilización a la violencia; (iv) el desarrollo de programas de reducción de la reincidencia penal; y (v) la protección frente a las “campañas de desinformación”.
Objetivo 4: Mejorar la protección de las infraestructuras estadounidenses y la preparación de la población frente a ataques potenciales. En él se incluyen las siguientes medidas: (i) la mejora de las medidas defensivas respecto de la infraestructura y los objetivos blandos[2]; y (ii) la protección frente al uso de sistemas no tripulados (unnamed aereal vehicles, UAV[3]) y otras tecnologías emergentes por parte de los actores hostiles.
Conexión con la Estrategia Nacional contra el Terrorismo de 2018
Los objetivos del Marco Estratégico están conectados con las siguientes líneas de actuación[4] planteadas en la Estrategia Nacional Contra el Terrorismo de EE.UU. de 2018[5]:
- Perseguir la amenaza terrorista hasta sus orígenes.
- Aislar a los terroristas de sus fuentes de apoyo financiero, material y logístico.
- Modernizar e integrar herramientas y autoridades en la lucha contra el terrorismo.
- Proteger la infraestructura y preparar a la población.
- Operaciones contra la radicalización y el reclutamiento.
- Fortalecimiento de las habilidades contraterroristas de los socios internacionales.
[1] Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. “Marco Estratégico para combatir el Terrorismo y la Violencia Selectiva”. Washington (septiembre, 2019).
Disponible en https://www.dhs.gov/sites/default/files/publications/19_0920_plcy_strategic-framework-countering-terrorism-targeted-violence.pdf
Disponible en https://www.dhs.gov/sites/default/files/publications/19_0920_plcy_strategic-framework-countering-terrorism-targeted-violence.pdf
[1] Tales como ataques a escuelas, lugares de culto, espacios públicos y sistemas de transporte, y otras formas de violencia racial, étnica y religiosa que puedan solaparse con el terrorismo.
[2] Esta medida está conectada con el reciente análisis del Comité del Consejo de Seguridad Contra el Terrorismo, “Respondiendo a los ataques terroristas contra objetivos blandos”. Nueva York (septiembre, 2019). Disponible en https://www.un.org/sc/ctc/wp-content/uploads/2019/09/CTED-Analytical-Brief-Soft-Targets.pdf
[3] Los UAVS han sido utilizados para llevar a cabo ataques, transportar armamento, realizar vigilancia, monitorear objetivos, realizar contrabando de bienes ilícitos e interferir con la infraestructura crítica, como, por ejemplo, aeropuertos.
[4] Véase Anexo.
[5] Estrategia Nacional contra el Terrorismo de EE.UU. Washington. (2018). p.5. Disponible en https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2018/10/NSCT.pdf